El centrocampista Beñat Etxeberria, con dos goles de falta, el segundo en la prolongación del partido, le dio el derbi hispalense al Real Betis, que adelanta en la tabla a su eterno rival y, además, le deja prácticamente sin opciones de disputar un torneo europeo la próxima temporada.
Era la última oportunidad del Sevilla para mantener viva la llama de la esperanza de entrar en posiciones de la Liga Europa y saltó al campo con toda su artillería en busca de los tres puntos, pero el Betis, pese a tener todo dicho al haber asegurado matemáticamente la permanencia tras la derrota de ayer del Sporting ante el Villarreal, también sacó una alineación ofensiva con la principal novedad del canterano Alejandro Pozuelo para crear juego en el ataque.
Los verdiblancos, sin presión clasificatoria y con el objetivo cumplido con creces, afrontaron el choque con las ganas de cerrar la temporada de la mejor forma posible, venciendo al eterno rival en el barrio de Nervión, algo nada baladí en este derbi hispalense, aunque a los cinco minutos una magnífica de combinación local fue culminada por Álvaro Negredo en el 1-0, con lo que los visitantes tuvieron que remar contracorriente.
El gol hizo que los de Pepe Mel quisieran tomar el protagonismo, ya que hasta entonces habían tanteado al equipo de José Miguel González 'Míchel', aunque los sevillistas, con el marcador de cara, no tuvieron prisa e intentaron no ser sorprendidos en la defensa.
Un cabezazo entre los dos centrales del Sevilla, Juan Cala y el argentino Federico Fazio, y un remate del lateral izquierdo Fernando Navarro y otro de José Antonio Reyes fueron los intentos locales para poner el 2-0, mientras que los béticos, con un intento de Pozuelo, quien después también protestó que le habían hecho un penalti, y en jugadas de estrategia buscaron el empate.
El choque entró en la recta final de la primera parte en una fase de juego duro, en la que incluso el lateral derecho caboverdiano Nelson Tomar tuvo que abandonar el terreno tras una dura entrada de Negredo, y de la que salió favorecido el Betis al empatar con un lanzamiento de falta directa de Beñat, como ya hiciera esta campaña ante el Sevilla en el partido del Benito Villamarín.
Con el empate acabó la primera mitad y también con la sensación de que los del barrio de Heliópolis se sobrepusieron bien al tanto encajado y que le pusieron más ideas que el adversario al choque.
En la reanudación el Betis siguió mucho más entero, con una fuerte presión que desorientó todas las acciones de un Sevilla nervioso y sin profundidad, lo que obligó a Míchel a efectuar pronto el primer cambio con la entrada del centrocampista Iván Rakitic en lugar de Reyes, muy desdibujado todo el partido.
Los visitantes, pese a que también perdieron por lesión a un incombustible brasileño Iriney Santos, dejaron pasar los minutos con todo bien controlado sin que el Sevilla supiera cómo volver al darle cierta alegría a su juego.
No obstante, el 1-1, con las fuerzas ya justas de los dos equipos, hizo que el encuentro entrara en ir y venir de una a otra área en el que el gol podía llegar en cualquier momento, y lo logró Beñat en el minuto 93 de partido y calcado a su primero, de libre directo al borde del área con el balón dando antes en la cepa de un palo de la meta de Javi Varas
Sevilla FC: Javi Varas; Luna, Cala, Fazio, Fernando Navarro; Jesús Navas, Medel, Trochowski (Baba, m.75), Reyes (Rakitic, m.57); Manu del Moral (Luis Alberto, m.86) y Negredo.
Real Betis: Fabricio; Nelson (Javier Chica, m.41), Paulao, Dorado, Nacho; Pozuelo, Iriney (Cañas, m.64), Beñat, Jefferson Montero (Jonathan Pereira, m.78); Santa Cruz y Rubén Castro.
Goles: 1-0, M.05: Negredo. 1-1, M.43: Beñat. 1-2, M.93: Beñat.
Árbitro: Carlos Delgado Ferreiro (Comité Vasco). Expulsó al sevillista Medel en el minuto 92 al ver la segunda amarilla. Además, amonestó a los visitantes Beñat (m.33), Iriney (m.39), Dorado (m.72), Jefferson Montero (m.76) y Cañas (m.89), y a los locales Negredo (m.39), Fazio (m.47+) y Trochowski (m.71).
Incidencias: Partido de la vigésima jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 45.000 espectadores, entre ellos unos 1.500 béticos